Paqui Castaño García-Cervigón
jueves, 19 de febrero de 2015
lunes, 15 de diciembre de 2014
martes, 4 de noviembre de 2014
¿Qué es un encefalograma?
Es un estudio de la función cerebral que recoge la actividad eléctrica del cerebro, en situación basal y con métodos de activación como la hiperventilación y la fotoestimulación. Es conveniente registrarse durante el sueño y vigilia. La señal eléctrica recogida se amplifica y se representa en forma de líneas, interpretándose la actividad de las distintas áreas cerebrales a lo largo del tiempo.
Para recoger la señal eléctrica se utilizan electrodos colocados en el cuero cabelludo, a lo que se añade un gel para posibilitar la señal eléctrica cerebral, que es de una magnitud de microvoltios, se puede registrar y analizar en el electroencefalógrafo.
El desarrollo de las modernas técnicas informáticas hace que actualmente sea una exploración útil y necesaria para el estudio de diversas patologías, entre las que des-tacan el retraso madurativo en la infancia, el deterioro cognitivo, las meningitis y encefalitis, el traumatismo craneoencefálico, la anoxia cerebral, el coma y de forma muy especial la epilepsia.
¿Para qué sirve?
El EEG sirve para observar el funcionamiento eléctrico cerebral. Por lo tanto será de interés conocer su normalidad o no en pacientes con alteraciones de las funciones cerebrales, bien de forma persistente o de modo episódico.
Puede detectar alteraciones de todo el cerebro o de algunas áreas, es decir podrá servir para observar alteraciones en lesiones (tumores, hemorragias, encefalitis, traumatismos, entre otras.)
Es fundamental realizar el EEG en pacientes cuyo síntomas o quejas sean deterioro del nivel de conciencia (somnolencia, estupor, coma) perdidas de facultades intelec-tuales (pérdida de memoria, demencia) o episodios que hagan sospechar crisis epilépticas (ya que la epilepsia es una enfermedad en la que el cerebro descarga de modo brusco impulsos eléctricos produciendo los ataques.
El EEG con pacientes fuera del episodio y especialmente durante el episodio ayudará al diagnostico de epilepsia o no ( hay otras enfermedades que pueden semejar epi-lepsia, como síncopes, migraña, trastorno del sueño, trastornos del control motor (tics, mioclonías) procesos psiquiátricos, trastornos endocrinos (como el feocromoci-toma o el síndrome carcinoide).
En niños, especialmente recién nacidos, es fundamental para detectar anomalías tanto por poder detectar daños establecidos, como para señalar defectos en la maduración y crecimiento cerebral.
En cada paciente hay que pensar qué es lo que se quiere descartar para adecuar las condiciones del registro. En algunos pacientes será preciso registrar sueño, y en ocasiones de modo prolongado durante toda la noche, 24 horas o más, para observar si existe actividad que haga sospechar la presencia de procesos epilépticos.
¿Cómo se realiza?
El EEG es un procedimiento sencillo, se le colocan electrodos, después de estar acostado o sentado y se comienza con el registro.
La actividad cerebral debe registrarse en reposo, con ojos cerrados y abiertos, y en manio-bras de activación, que son la hiperventilación (respiración profunda) y la estimulación con la luz tipo flash a distintas frecuencias. En ocasiones, hay que acudir al EEG después de haber dormido poco durante la noche anterior; lo puede solicitar el médico cuando se buscan algunas anomalías que se provocan con la falta de horas de sueño.
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